Digitalización del workplace: la unión entre la nueva dimensión virtual y el mundo físico
La constante e incesante evolución tecnológica nos brinda grandes oportunidades y, a un mismo tiempo, incertidumbres a la hora de diseñar o reformular los espacios de trabajo de las compañías. La consolidación del trabajo remoto, la armonización laboral con la vida privada, la eficiencia en el trabajo, la colaboración o la experiencia del empleado, vienen determinadas por los avances tecnológicos disponibles en cada momento.
Con demasiada frecuencia, la tecnología simplemente se agrega a un edificio en lugar de ser vista como una dimensión adicional. La adopción de nuevas dimensiones, tanto espaciales como tecnológicas, deben planificarse diseñando una estrategia concreta de implantación a medida. Las tecnologías, de la misma manera que los espacios, son las que deben adaptarse al funcionamiento y a los procesos concretos de cada compañía, nunca al revés.
Cuando visitamos a un nuevo cliente inmerso en plena transformación empresarial o digital y le preguntamos al equipo de gestión de espacios de la compañía: ¿Cuántas salas de reuniones le gustaría tener disponibles ininterrumpidamente para sus equipos? o ¿Cuántos espacios para sesiones de trabajo Agile, donde el conocimiento quede almacenado y pueda ser recuperado en otro momento del tiempo? La respuesta que nos suele dar es evidente: le gustaría disponer del máximo de espacios de trabajo para que sus equipos puedan tanto colaborar como concentrarse según requieran. Más allá de un sueño, esta petición es hoy en día, una realidad.
Nosotros imaginamos la digitalización de los espacios como vínculo de unión entre la nueva dimensión virtual y el mundo físico, donde podremos disponer bajo demanda de espacios diseñados ad-hoc, adaptados a las necesidades presentes y futuras del trabajo. El desafío diario de nuestro equipo es diseñar el futuro del workplace para nuestros clientes empresariales; nuevos espacios híbridos, soluciones espaciales novedosas que entrelacen el mundo físico con el nuevo mundo virtual y hacerlo de una manera que resulte natural y comprensible para el usuario. Un puente de unión entre lo digital y lo analógico que brinde al usuario una experiencia más rica, que amplíe sus capacidades y su eficiencia, al mismo tiempo que ahorra espacio y dinero a las compañías.
Asimismo, el futuro del workplace también pasa por enfocarnos en soluciones que permitan el almacenamiento del conocimiento producido en estos espacios, como si de un banco del conocimiento se tratara, en forma de una inteligencia colectiva de compañía que conecte a todos sus colaboradores. Si asumimos que, uno no puede gestionar aquello que no se puede medir, el espacio de trabajo digitalizado es y será eminentemente gestionable. La incorporación de tecnología nos permite la monitorización tanto del espacio físico como virtual. Estos datos nos aportarán métricas de funcionamiento y adopción del uso de los nuevos espacios diseñados, permitiendo a los gestores la toma de decisiones mediante datos objetivos y la automatización de acciones que los modifiquen, prácticamente, en tiempo real. Cabe advertir, que durante los próximos meses sufriremos un empacho de artículos en periódicos, revistas y medios, sobre la aparición de un nuevo mundo, únicamente virtual, llamado metaverso. Creados por varias grandes compañías tecnológicas, los metaversos han aparecido como esa gran revolución y panacea universal a toda suerte de situaciones: encuentros sociales, el futuro del retail, ocio y por supuesto, al trabajo. Usuarios vistiendo gafas de (ir)realidad virtual. Empresas tecnológicas que ahora diseñan espacios.
Soy un gran amante y, en cierto modo, hasta me atrevería a decir pionero del uso de nuevas tecnologías. Mi experiencia me dice que ante la adopción de cualquier nuevo avance tecnológico que se presente como solución universal, se aporte cautela y espíritu crítico. Ante la inminente superación de la crisis sanitaria, volveremos a relacionarnos. Personalmente, creo que las tecnologías más que alejarnos deben acercarnos, que los datos pueden ser tocados y sentidos, que las pantallas pueden romper barreras espaciales, pero no deben romper relaciones personales.
Nicolás Capo. Responsable Nuevos Modelos